A medio camino entre Ramallo y Pergamino estan Las Violetas, un pueblito que no llegué a conocer, de muy poquitos habitantes... por esa magia de la vida y de la ciencia (que para algo sirve Internet) me llegó un comentario después del último mural que hicimos, invitándome cuando quisiese a pintar un mural en un camping. El que escribía (Álvaro) es amigo de aquellos chicos con los que pintamos hace unos años aquel hermoso y gigantesco mural en Conesa (otro pueblito vecino), y me contaba del camping y del esfuerzo (aunuqe eso no me lo contaba) para que su pueblito y la gente que en él vive tengan un lugar digno donde distraerse y divertirse... el lugar es hermoso y la gente que conocí aun más: Lorena, Mario, Gimena, Álvaro y una banda de chicos y vecinos (uno mejor que otro) con los que pintamos el mural. Participaron unas treinta personas, calculo yo, (seguramente más) en esos dos días que por allí estuvimos... todo el sabado llevó el mural (ya que parte de la pintura tuvo que esperar que Lorena termine en la peluquería) y al otro día cuando me levanté, con la que había sobrado hice dos motivos en una pared lateral... lo bueno fue (podrán verlo en el video) que cuando se acabaron las paredes, los indios siguieron ("el negro" y compañía), pintaron hasta que no quedó ni una gota... las zapatillas y hasta los perros... las que estaban recontentas con esto último eran las liebres ya que de ahora en más pensaban iban a ver venir a los galgos desde lejos (todo un clasíco de la zona), lamentablemente para ellas a último momento se decidió bañarlos (cosa que me parece bien) y volvieron los cánidos cazadores a sus antigua fisonomía... Como no podía ser de otro modo, hubo mucho asado, vino, y sobre todo pájaros y afecto... allá quedó mi amigo y principal colaborador, que me ganó con trampa unas carreras en la pileta pero me debe la revancha a los penales... bueno ya saben, en Las Violetas todo es lindo para el que sabe verlo, porque la gente es gente y es bella también.
martes, marzo 24, 2009
Mural en Las Violetas
Las Violetas: el olor de la alegría
A medio camino entre Ramallo y Pergamino estan Las Violetas, un pueblito que no llegué a conocer, de muy poquitos habitantes... por esa magia de la vida y de la ciencia (que para algo sirve Internet) me llegó un comentario después del último mural que hicimos, invitándome cuando quisiese a pintar un mural en un camping. El que escribía (Álvaro) es amigo de aquellos chicos con los que pintamos hace unos años aquel hermoso y gigantesco mural en Conesa (otro pueblito vecino), y me contaba del camping y del esfuerzo (aunuqe eso no me lo contaba) para que su pueblito y la gente que en él vive tengan un lugar digno donde distraerse y divertirse... el lugar es hermoso y la gente que conocí aun más: Lorena, Mario, Gimena, Álvaro y una banda de chicos y vecinos (uno mejor que otro) con los que pintamos el mural. Participaron unas treinta personas, calculo yo, (seguramente más) en esos dos días que por allí estuvimos... todo el sabado llevó el mural (ya que parte de la pintura tuvo que esperar que Lorena termine en la peluquería) y al otro día cuando me levanté, con la que había sobrado hice dos motivos en una pared lateral... lo bueno fue (podrán verlo en el video) que cuando se acabaron las paredes, los indios siguieron ("el negro" y compañía), pintaron hasta que no quedó ni una gota... las zapatillas y hasta los perros... las que estaban recontentas con esto último eran las liebres ya que de ahora en más pensaban iban a ver venir a los galgos desde lejos (todo un clasíco de la zona), lamentablemente para ellas a último momento se decidió bañarlos (cosa que me parece bien) y volvieron los cánidos cazadores a sus antigua fisonomía... Como no podía ser de otro modo, hubo mucho asado, vino, y sobre todo pájaros y afecto... allá quedó mi amigo y principal colaborador, que me ganó con trampa unas carreras en la pileta pero me debe la revancha a los penales... bueno ya saben, en Las Violetas todo es lindo para el que sabe verlo, porque la gente es gente y es bella también.
A medio camino entre Ramallo y Pergamino estan Las Violetas, un pueblito que no llegué a conocer, de muy poquitos habitantes... por esa magia de la vida y de la ciencia (que para algo sirve Internet) me llegó un comentario después del último mural que hicimos, invitándome cuando quisiese a pintar un mural en un camping. El que escribía (Álvaro) es amigo de aquellos chicos con los que pintamos hace unos años aquel hermoso y gigantesco mural en Conesa (otro pueblito vecino), y me contaba del camping y del esfuerzo (aunuqe eso no me lo contaba) para que su pueblito y la gente que en él vive tengan un lugar digno donde distraerse y divertirse... el lugar es hermoso y la gente que conocí aun más: Lorena, Mario, Gimena, Álvaro y una banda de chicos y vecinos (uno mejor que otro) con los que pintamos el mural. Participaron unas treinta personas, calculo yo, (seguramente más) en esos dos días que por allí estuvimos... todo el sabado llevó el mural (ya que parte de la pintura tuvo que esperar que Lorena termine en la peluquería) y al otro día cuando me levanté, con la que había sobrado hice dos motivos en una pared lateral... lo bueno fue (podrán verlo en el video) que cuando se acabaron las paredes, los indios siguieron ("el negro" y compañía), pintaron hasta que no quedó ni una gota... las zapatillas y hasta los perros... las que estaban recontentas con esto último eran las liebres ya que de ahora en más pensaban iban a ver venir a los galgos desde lejos (todo un clasíco de la zona), lamentablemente para ellas a último momento se decidió bañarlos (cosa que me parece bien) y volvieron los cánidos cazadores a sus antigua fisonomía... Como no podía ser de otro modo, hubo mucho asado, vino, y sobre todo pájaros y afecto... allá quedó mi amigo y principal colaborador, que me ganó con trampa unas carreras en la pileta pero me debe la revancha a los penales... bueno ya saben, en Las Violetas todo es lindo para el que sabe verlo, porque la gente es gente y es bella también.
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